El teletrabajo y la educación online han venido para quedarse definitivamente en nuestras vidas. Y también en nuestras casas. Así que vamos a ayudarte a crear un espacio de trabajo en casa bien iluminado, adaptado a tu día a día y que cuente con todas las comodidades para hacer más llevadera la vuelta al trabajo.
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Hoy en día, hasta el 80 % de la información se procesa de forma visual, así que disponer de la luz adecuada en estos espacios dedicados a la concentración no se trata de una cuestión de preferencia o incluso de decoración, sino de un asunto que puede afectar a nuestra salud y nuestro rendimiento.
· Mejora tu postura
¿Te has visto alguna vez retorciéndote en posiciones extrañas e incómodas frente al ordenador? Contar con un escritorio bien iluminado mejora nuestra colocación frente a la pantalla y alivia los frecuentes dolores de espalda que aparecen durante el día.
· Di adiós a los dolores de cabeza
Trabajar desde casa, sin los molestos fluorescentes que todavía podemos encontrar en grandes oficinas y centros educativos con instalaciones obsoletas, reduce las cefaleas y migrañas al eliminarse el “parpadeo” constante de este tipo de luces.
· Aumenta tu productividad, tu creatividad y toma mejores decisiones
La temperatura de las bombillas LED permite que la luz de nuestra oficina se pueda parecer lo máximo posible a la de la luz natural, lo que puede mejorar nuestro rendimiento en más de un 15 %, de acuerdo con los resultados que se han obtenido en estudios sobre rendimiento académico.
Lo ideal es contar con dos tipos de luz: luz ambiental y luz de trabajo. La luz ambiental es la encargada de iluminar la estancia de forma homogénea, mientras que la luz de trabajo tiene como objetivo dirigir la luz a la zona concreta en la que estamos trabajando.
Ya has visto los beneficios de utilizar una temperatura de luz adecuada. Para conseguir esta luz natural debes elegir una bombilla LED de 4000 K-5500 K. Y en cuanto a la intensidad de luz: tan malo es pasarse como quedarse corto. La falta de luz puede tener como consecuencia fatiga visual y la sobreexposición puede producirte dolores de cabeza. Escoge una bombilla LED de 150-350 lúmenes, según las dimensiones de la zona que hayas elegido.
¿Quieres saber qué más te pueden ofrecer las bombillas LED?
· Mayor durabilidad: 15.000-25.000 horas de uso (casi tres años de uso ininterrumpido), una cifra muy superior a la de las bombillas tradicionales. Sin duda, un ahorro para tu bolsillo a largo plazo.
· Una mejor opción para medio ambiente: son mucho más eficientes, por lo que el consumo de energía es menor y no contienen componentes tan tóxicos como otro tipo de bombillas.
1. Maximiza la luz natural
Lo primero que debes tener en cuenta al elegir dónde colocar tu espacio de trabajo es aprovechar al máximo la luz natural. Coloca tu escritorio cerca de una ventana, para no renunciar a los beneficios de la luz solar.
Tu objetivo: sacarle todo el partido a la luz natural.
2. ¡Ojo con la ubicación!
Fíjate en las posibles sombras o deslumbramientos que aparecen a diferentes horas del día. Reduce las sombras evitando que la luz entre por tu espalda y los deslumbramientos con la colocación de cortinas o paneles regulables.
Tu objetivo: evitar cambios de luz que se producen a lo largo del día.
3. La luz indirecta, tu mejor aliada
No siempre es posible contar con un espacio dedicado de forma exclusiva al trabajo o estudio y tenemos que habilitar una zona en un dormitorio o una sala de estar. La luz ambiental de estos espacios suele ser más cálida que la que usaríamos en una oficina, por lo que tenemos que intentar que exista la menor diferencia posible entre la luz ambiental y la luz de trabajo que utilicemos.
Intenta crear dos ambientes diferentes y utilizar una bombilla LED con temperatura natural en la zona de trabajo y una luz algo más cálida en el resto. Si no es posible prescindir de la luz cálida, al menos la luz de trabajo deberá contar con una bombilla LED de temperatura natural.
Tu objetivo: uniformar la luz del espacio y evitar contrastes innecesarios.
4. Define el espacio de trabajo
Incluso teniendo en cuenta estos consejos, resulta inevitable tener que recurrir a una ayuda “extra” en determinados momentos del día. Aquí llega al rescate la lámpara de escritorio.
Para evitar sombras al escribir, coloca la lámpara a la izquierda si eres diestro y a la derecha si eres zurdo.
Elige una lámpara que puedas regular en altura e inclinación para poder dirigir la luz. Lo adecuado es que la luz esté colocada a unos 35 cm de altura como mínimo desde el escritorio y utilizar una bombilla LED de unos 5-10 vatios.
Hoy en día podemos encontrar lámparas de escritorio que incluso pueden modificar la intensidad y la temperatura de la luz, lo que permiten ajustar la iluminación a las diferentes horas del día, o que cuentan cuentan con puesto de carga para móvil, etc.).
Si sueles trabajar de noche, también puedes considerar la colocación de una tira LED detrás de la pantalla del ordenador que difumine la luz y reduzca el contraste de la luz del ordenador.
Tu objetivo: conseguir una iluminación suficiente del área de trabajo.
5. Crea un espacio con personalidad
Por último, recuerda que se trata de un espacio dentro de nuestra casa, por lo que además de ser funcional, puedes incorporar tu toque personal.
Elige una lámpara de escritorio atrevida, incorpora luces en los cuadros y en otros elementos que tengas en las paredes o añade alguna luz decorativa en algún rincón de tu oficina en casa.
Tu objetivo: reflejar tu personalidad en tu espacio de trabajo.
Con todos estos consejos ya puedes ponerte manos a la obra para preparar tu espacio para este nuevo curso. No dudes en consultarnos cualquier duda que tengas sobre la iluminación de tu oficina, seguro que daremos con la solución más adecuada para ti.
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